Cuando los hijos son armas en contra del otro.
Feliz día padre de un rato, porque así lo decidieron,
porque al final se procura lo mejor para el heredero.
A mis amigos, a esos que no los dejan ejercer el rol de padres, engendradores, guiadores, cuidadores, forjadores, progenitores y demás, disfruten el día libre y sí, miéntenme la madre los que no me conocen y los que sí también por escribirles así.
Ustedes aprendan a disfrutar hoy y de los días venideros o los que les quedan, algún día se ha de hartar la otra parte y sino siempre habrá oportunidad de hablar con el crío y resarcir el daño que esas madres les hacen al poner está distancia porque creen que con esto los joden y en verdad quien la lleva es párvulo y si no pues ya es problema de ellas y de ellos.
Y con la conciencia de querer hacer lo que les corresponde, escriban cartas -a mano- manifiesten su amor, su sentir, su pensar, anoten donde el juicio les tome; tal vez les llegue a sus manos estos trozos de papel y si no es así, escribir aminora la carga.
Y no está de más, abran una cuentan en el banco a nombre de la criatura claro, si la arpía en cuestión no los está jodiendo cada quincena o lo que es peor cada semana aun así que les firmen que ustedes cumplen, que en este trayecto de ausencia forzada no los hagan quedar como el que medio apoyó, como al que se le tuvo que corretear para que dieran “el dinero de su hij@” dicen muy dignas la méndigas, como si con eso en verdad mantuvieran al retoño, a esa personita que algún día dijeron ser el fruto de “su” amor y porque no de una pinche calentura y consecuencia de coger a lo pendejo, como sea, un hijo es una oportunidad de enmendarse al mundo pero no a uno mismo.
Los hijos son prestados, hay que devolverlos y bien formados, tienen en sus manos una masita de oro no la conviertan en plomo, esto va para ambos padre y madre.
Sólo son hijos, solo eso, alguna vez fuimos hijos de papá y mamá, otra veces solo de mamá, en el peor de los casos con un papá pero ausente y que no faltaba para llegar y chingar a su madre, aun así jodidamente era un papá.
Los hijos entrarán en conciencia si no es que repiten el mismo patrón y si no, no hay problema al cabo que es México, disculpen si les ofende, pero no conozco la cultura de otro país, además hablo de un México de los que pocos se percatan, es más dirán que no saben de qué escribo, alabarán mi imaginación…
Putos domingos, pero nada que no solucione una buena peda, a veces de por vida para los jodidos de espíritu, una buena terapia para los demás.
Esos domingos de placer para los que tienen que esperar seis días a que la bárbara en cuestión quiera soltar al vástago y encima chutarse el ceremonial de recomendaciones como si les entregarán un algo que no conocen, ese algo al que bañaron media hora antes, encremaron, perfumaron y hasta peinaron para que vean que ellas sí cumplen, para que ustedes se convenzan que su dinero está bien invertido, aunque se los mande con la misma ropa de hace una semana, aunque la pañalera solo traiga dos pañales, para que ustedes se conduelan y se los regresen con mudas nuevas, juguetes y cosas que jamás volverán a ver, ah pero eso sí, ni se les ocurra a ustedes no traer el osito con el que salió porque allí sí no verán su suerte.
Las hay dignas, esas que encabronan por todo esto porque les regresan a sus hijos cambiados, con ropa que no hace juego con su forma de vestir de ellas con su subcultura y saben por qué, porque seguramente otra es quien les sugirió ropa tan ridícula, eso es lo que verdaderamente piensan. Maldita competencia “femenina” y estúpida.
Y los demás días qué, ah pues son para cuando la madre de su hijo –porque solo es eso eh, bueno hay quienes siguen considerándolas el amor de su vida aunque les vea la cara de pendejos pero por ellos ya no puedo responder, si así son felices pues cada quien con lo que le alcanza, decía, son días para llamarles en caso de emergencia porque se enfermó, porque en la escuela, porque hizo, porque deshizo porque es culpa de ustedes, por su ausencia, jamás será culpa de estas señoras ¡eh, Jamás!
Los padres solteros son los que tienen hijos de madres incapaces de criarlos ya sea por elección o por enfermedad o por cabronas, no aquellos que han sido abandonados por culeros, esos sí que se chinguen es más no tienen ningún derecho a que se les llame padres porque se les hace fácil llevar a alguien más y que hagan el trabajo que a ellos les corresponde… han de llegar a viejos y querrán… bah ninguno quiere más responsabilidad de la que no han sido capaces de darse a sí mismos.
Y salud por esas mujeres que se quedan con el chiquillo para quedar como las sufribles madres abnegadas y sigan obteniendo a través de esas creaturitas una vida cómoda, mientras el padre de su hijo no se harte, ‘nomás’ les recuerdo que algún día crecerán y si bien no hay justicia tan divina sí todo tiene una secuencia y consecuencia, no es un solo por qué a mí que he sido tan buena… yo que me sacrifiqué… los hijos son el reflejo de uno, dicen, pero también van adquiriendo armas que ustedes mismas le dan no sea que se vean atacadas por ellas y entonces sí hasta allí se llamaban ¡madres!.
Pero también tenemos a esos pseudopadres que se hacen los sufridos, los melodramáticos, porque sí, hay que saber la historia completa del porque la madre ha decidido no dejárselos ver y esa si hay que reconocérsela porque les hace más daño que bien esta situación. Allí si viva por la madre allí si padres no mamen.
Los que en un inicio pelean por la custodia y desde ahorita, no está demás que hagan arreglos frente a un juez para tener las causas del porqué de su actuar.
Allí están puntuales a la hora que les toca ir por el crío y se arreglan como si fuera la primera vez que les ves, para que se note que no les duele, que les va mejor aunque por dentro se mueran de coraje sobre todo.
Los hay distantes y hasta los que ya se dieron cuenta que no es fácil y empiezan otra vez con su monserga para convencer a la madre de su hijo que lo mejor es que sigan juntos por el bien del heredero. Al no obtener respuesta hacen todo lo impensable para entonces sí chingar a la madre de este.
Pero están los otros que al no ver si respuesta se hacen los dignos y cumplen al menos los primeros tres meses con los que les toca, aquí entran esos que les entregan a los menores bañaditos y ellos los regresan igual y unos cabrones que en cuanto están en poder de la madre les empiezan a quitar los zapatos, juguetes y demás porque se los compraron ellos, sí casi los encueran, no importando que la creatura duerma y si son condescendientes esperarán a fuera a recibir la muda de ropa.
Después les da por llegar tarde ya sea a recogerlos o devolverlos -no olviden que lo principal es fregar a la mujer- y luego con pretextos estúpidos como que el quehacer les llevó mucho tiempo, que si esperaban al señor del gas, que tuvieron que lavar, etc., etc., y los hay peores, esos que se hacen valer por los abuelos y entonces los mandan a ellos, digo si finalmente mucho de ellos piden a los hijos para botarlos con ellos porque no pedirles el favor completo y después… desaparecen así como si nada pero solo en persona, ahora con tanta tecnología a la mano, el email, los msg y hasta las redes sociales se prestan para hacer el reclamo de ellos sobre todo porque no tienen los testículos suficientes para hacer acto de presencia, miren que escudarse en sus padres, ¿qué ellos les ayudaron a coger? No señores en esto estoy en desacuerdo. Hasta que finalmente no se vuelve a saber de ellos.
Ser padre se gana hay que trabajar en ello no es suficiente solo dar dinero y hacer acto de presencia cuando se les requiere.
Aleska
16 junio 2013.
Escrito
en 16 junio, 2013